Filiales

Cuarenta años de la Sociedad de Escritores de Chile. Filial Magallanes

Primera parte

Víctor Hernández, presidente filial Magallanes.

En una antigua crónica publicada el domingo 16 de septiembre de 2018 titulada “100 años de Gabriela Mistral en Magallanes”, nos referimos someramente, al Primer Encuentro Nacional de Escritores Magallánicos, magno evento cultural  realizado en la sala América de la Biblioteca Nacional, en Santiago, los días 23, 24 y 25 de julio de 1980.

Dijimos en esa oportunidad, que importantes escritores magallánicos radicados en nuestra región, se unieron con otros autores australes avecindados en la capital, para promover y estimular en la zona central del país, las variedades artísticas, estéticas y literarias de la Patagonia. El Encuentro fue organizado por el Círculo de Amigos de Magallanes, con asiento en Santiago, la Cámara de Turismo y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam).

A dicho cónclave se le denominó “Semana Magallánica”, y tuvo varias particularidades: en el Museo Vicuña Mackenna se exhibió una muestra pictórica en donde destacaba el retrato que Carlos Foresti hiciera a Gabriela Mistral en 1919, cuando la joven poetisa era Directora del Liceo de Niñas de Punta Arenas. Desde el austro, la radio Presidente Ibáñez hizo una transmisión exclusiva de los principales acontecimientos de este Encuentro.

En lo literario, sobresalieron las exposiciones y ponencias de los autores Osvaldo Wegmann Hansen, Eugenio Mimica Barassi, Marino Muñoz Lagos, Silvestre Fugellie Mulcahy, Carlos Vega Letelier y José Perich Slater, quienes fueron asistidos y presentados por los escritores, Marina Latorre, Pepita Turina, Enrique Campos Menéndez, Francisco Coloane, Rolando Cárdenas, Roque Esteban Scarpa, Ernesto Livacic Gazzano, René Peri Fagerstrom, Francisco Brzovic y Nicolás Mihovilovich.

El éxito del Congreso supuso además, la elaboración de un documento concluyente que contenía dos ideas primordiales: la necesidad de perpetuar estos Encuentros Literarios y de conglomerar en una sola gran institución, a los escritores magallánicos diseminados a lo largo y ancho del país. Nacía de esta manera, la Sociedad de Escritores de Chile, filial Magallanes.

El mítico Centro de Escritores.

Una de las interrogantes que siempre se intenta responder, es si la institución fundada en 1980 fue la continuadora legítima de la historia escrita por el viejo Centro de Escritores de Magallanes, o si comprendía a una nueva organización. Dicho de otra manera: ¿la actual Sociedad de Escritores de Chile, (Sech) filial Magallanes, corresponde a una refundación, o es, el resultado de un nuevo proyecto societario?

Desde el punto de vista legal, se trata de una institución nueva, que posee nombre y domicilio distintos, con todas las prerrogativas de una organización privada sin fines de lucro, inscrita en el Registro de Colaboradores del Estado y Municipalidades, con personalidad jurídica receptora de fondos públicos.

Nosotros creemos en cambio, que la aparición de la nueva organización, significó en primer lugar, re articular en este nuevo organismo a los antiguos escritores con las nuevas promesas de nuestra literatura regional; en segundo término, como una forma simbólica de separar ambos períodos y validar la existencia de una institución precedente, el Primer Directorio de la Sech filial Magallanes, se abocó a la preservación y el resguardo de todo el patrimonio bibliográfico y de la documentación escrita y fotográfica del mítico Centro de Escritores de Magallanes.

Los escritores integrantes de la Sech, filial Magallanes, asimilaron esta idea renovadora. Desde un comienzo, emprendieron la titánica labor de reunir, clasificar y elaborar carpetas y archivos completos, con información y documentos ordenados alfabéticamente, de cada uno de los autores que participaron en el ya descrito Centro de Escritores de Magallanes, dando vida al Archivo del Escritor, el que se encuentra íntegro en dependencias del Museo Regional de Magallanes.

Ese inmenso legajo patrimonial corrobora ante los ojos de académicos, investigadores y lectores en general,  la existencia de una Institución anterior, que veló por sus integrantes y lo más importante: da cuenta de las actividades y de las publicaciones auspiciadas bajo su alero y liderazgo.

Esta entidad, fundada en dependencias del desaparecido Círculo de la Prensa de Punta Arenas, en el invierno de 1946, por los escritores y periodistas natalinos, Santiago Pérez Fanjul, Osvaldo Wegmann Hansen y el abogado Jorge Rubén Morales, reunió por más de un cuarto de siglo, hasta los acontecimientos políticos de septiembre de 1973, a personalidades del mundo literario regional y promovió, con el apoyo de instituciones académicas y de la Ilustre Municipalidad de Punta Arenas, diversas actividades del quehacer cultural en Magallanes.

Uno de los mayores misterios que reviste para los estudiosos, es verificar el punto o lugar de encuentro que permitió por tanto tiempo, el funcionamiento de esta agrupación. Es un tema de discusión sobre el que no existe una opinión unívoca.

El poeta y profesor Marino Muñoz Lagos escribió, a propósito del sexagésimo aniversario de La Prensa Austral, el 25 de agosto de 1941, una crónica denominada: “Tres natalinos fueron los creadores de la Sociedad de Escritores” en que puntualiza:

“Alrededor de 1945 llegó a Punta Arenas el escritor Osvaldo Wegmann Hansen, procedente de Puerto Natales, para incorporarse al equipo periodístico de El Magallanes. Por esa misma fecha lo hacían también los escritores Jorge Rubén Morales y Santiago Pérez Fanjul, desde la misma localidad. Los tres se juntaron en Punta Arenas y unidos por las mismas inquietudes, dieron origen al Centro de Escritores de Magallanes. Habitualmente se reunían en algún restaurante y en una de sus reuniones se proyectó escribir una antología de cuentistas, que vio la luz pública en 1952, con la autoría del recordado profesor de castellano Julio Ramírez Fernández”.

En tanto, el reconocido historiador y divulgador de nuestras letras, Efraín Szmulewicz, entregó en la página 441 de su Diccionario de la Literatura Chilena, texto publicado por Editorial Andrés Bello en 1984, el siguiente análisis:

“Pronto, los tres viajaron a Punta Arenas, (Wegmann, Morales y Pérez Fanjul), los que más allá de sus profesiones, cultivaban el cuento. Allí en el restaurante Berchenko, con la asistencia de otros natalinos como Manuel Andrade Leiva, y los puntarenenses Ricardo Hurtado, Lucas Bonacic, Esteban Jaksic, Rosa de Amarante, Raúl Villagrán y José Grimaldi, Onofre Bórquez, Enrique Wegmann, continuaron reuniéndose en calidad de grupo literario”.

Luego de enumerar la incorporación de otros escritores, Szmulewicz señala:

“Su primer presidente es Jorge Rubén Morales. Años después, cuando ya algunos de los que militaban en sus filas dieron luz a sus primeros libros, ocupó la presidencia Ricardo Hurtado. A éste le sigue Osvaldo Wegmann y, finalmente Marino Muñoz Lagos, con cuya dirección la entidad se incorpora a la Sociedad de Escritores de Chile, como filial magallánica”.

De acuerdo con la interpretación histórica que hace Szmulewicz,  la Sech Magallanes es una consecución del Centro de Escritores y no una institución nueva. En la misma crónica, resaltaba las virtudes de la antigua Asociación y de sus integrantes:

“El Centro tuvo permanente actividad cultural: publicaba periódicos, antologías, auspiciaba conferencias de escritores nacionales, organizaba concursos, apoyaba las ediciones de libros y realizaba actos con la participación del público en general. Varios de los fundadores han muerto; otros ya son académicos y tienen fama nacional”.

Algunos autores y críticos literarios aseguran que el Centro de Escritores formalizó su existencia en casa de la escritora Rosa de Amarante, donde solían efectuar asambleas y reuniones entre sus asociados. En el trabajo que realizamos con Niki Kuscevic denominado “Restauración del Puerto Libre” (2008) hallamos un importante antecedente. El 25 de septiembre de 1966, el diario La Prensa Austral informaba que: “El Centro de Escritores de Magallanes cumple quince años de vida. Entre sus actividades más importantes se recuerdan la edición de la revista “Viento Sur” y la publicación de la “Antología del Cuento Magallánico”, en 1952. Actualmente el Centro se encuentra empeñado en conseguir la instauración de un Premio de Arte que estimule las mejores producciones magallánicas en literatura, música y pintura”. Lo anterior, validaría la visión de Szmulewicz, quien, argumenta en su libro que después de incrementar el número de afiliados y de contar con el concurso de autores avecindados en Santiago como Roque Esteban Scarpa, se “formaliza la estructura orgánica de la corporación, con el nombre de Centro de Escritores Magallánicos”.

El actual cronista literario de “El Magallanes”, Marino Muñoz Agüero, nos ha confidenciado en varias ocasiones que acompañó a su padre, Marino Muñoz Lagos, a diversas reuniones del Centro, en las décadas del sesenta y setenta del siglo pasado, los cuales se efectuaban en el Círculo de la Prensa, ubicado a un costado del Hotel Montecarlo y en el viejo restaurant Ambasador, hoy “Punta Arenas”, ubicado en calle Chiloé 1280.

De lo que estamos seguros, es que el Centro de Escritores nunca tuvo una sede social fija y lo más importante: se trató siempre de una organización autónoma, regional, que gestionó y produjo un importante trabajo literario y de difusión cultural, que amerita ser estudiado en profundidad.

Literatos y la nueva institucionalidad.

El Primer Encuentro Nacional de Escritores concluyó con la fundación simbólica de la Sech Magallanes. Los autores regionales se comprometieron, apenas retornaran al austro, a delinear los fundamentos de la nueva organización. En los días siguientes, se procedió a conformar el Primer Directorio, el cual quedó constituido como sigue: Marino Muñoz Lagos, como presidente; Osvaldo Wegmann Hansen, vicepresidente; Secretario, Eugenio Mimica Barassi; tesorero, José Perich Slater; director, Silvestre Fugellie Mulcahy.

En su informe emitido a la Sech en Santiago, el año 2002, el presidente de aquél entonces, Dinko Pavlov Miranda, agregó que fueron socios fundadores de ese acontecimiento histórico, Rosa Amarante, José Grimaldi Acotto, Enrique Wegmann Hansen, María Cristina Ursic, Carlos Vega Letelier, María Cecilia Cerda, Alexis Andrade Dobson, Julio Pedrol Kusanovic, Maruja Scott, Maribel Valle, Juanita Sánchez y Eliana Yáñez.

Como veremos, la elección del directorio no fue algo casual. Se avaló la vasta trayectoria de cada uno de ellos, y el hecho irrefutable que todos se encontraban en pleno proceso de publicaciones y en el cénit de su capacidad creadora. Así las cosas, Marino Muñoz Lagos escribía semanalmente sus crónicas literarias en La Prensa Austral y se aprestaba a publicar dos poemarios claves de su extensa producción literaria: “Entre adioses y nostalgias” y “Ocho poemas meridionales”. Osvaldo Wegmann no se cansaba de recibir elogios por su novela histórica en dos tomos “La última canoa”; además, había sido nombrado miembro por la Academia Chilena de la Lengua. Eugenio Mimica era un joven narrador que había publicado dos libros de cuentos, “Comarca Fueguina” y “Los cuatro dueños”, obra que fue distinguida con el Premio Municipal de Santiago y prometía el recambio generacional. José Perich, era un reconocido dirigente deportivo y societario que incursionaba con frecuencia en la literatura de corte histórico. En 1980 publicó un documentado trabajo sobre uno de los más respetados gobernadores de la colonia de Magallanes, titulado “Bernardo Philippi, su vida y sus obras”, que le reportó la estimación de críticos y de lectores. El directorio lo completaba el poeta Silvestre Fugellie, que para 1980 iniciaba su incursión en la narrativa, al publicar el volumen de historias y leyendas que lo convertirían en un referente del género: “Faunaficción”.

Otros Encuentros de Escritores. Importantes logros.

Una de las primeras decisiones adoptadas por el naciente directorio fue la elaboración de dos antologías, una de poesía y la otra de cuentos. Ambas aparecieron en el transcurso de 1981. En la primera selección, Marino Muñoz Lagos entregó interesantes conceptos preliminares, aplicables a los dos textos.

“A la sombra de figuras tan señeras de nuestra gran poesía como lo son Gabriela Mistral, Julio Munizaga Ossandón, Olga Acevedo y tantos otros ilustres valores, aparece hoy esta “ANTOLOGÍA MAGALLÁNICA. TOMO I POESÍA”. Es la primera en su género publicada en estas regiones meridionales de la patria”.

“Es habitual que en una tarea de esta envergadura existan las infaltables omisiones, aunque esto parezca una paradoja. Bastante tiempo nos tomó reunir datos y poemas para cumplir con este hermoso cometido. Consultamos, libros, otras antologías, viejos diarios, y antiguas revistas para entregar un trabajo serio y responsable, que no otra cosa es lo que hemos intentado hacer. Lo que hemos realizado se efectuó con honestidad, respetando la personalidad de cada uno de los aquí antologados”.

Estas publicaciones fueron el punto de partida para la preparación del Segundo Encuentro Nacional de Escritores de Magallanes, el que se efectuó  a fines de octubre de 1982. Algo hemos escrito sobre esta apoteósica fiesta literaria. Sesenta autores, entre locales y magallánicos radicados fuera del terruño, compartieron con la comunidad académica, visitaron escuelas,  recorrieron estancias y las zonas rurales de la región. A nuestro entender, lo más significativo fueron las conclusiones.

Se estableció crear una Editorial llamada “Magallánica”, cuyo objetivo principal fue la publicación de autores regionales. Entre 1983 y 1988 editaron al menos cuatro libros.

Se consideró elaborar un Suplemento Literario que diera cuenta de las novedades regionales, nacionales y del extranjero. Mediante un acuerdo suscrito con la Línea Aérea Nacional (Lan), se llegó a cubrir un itinerario de distribución que abarcaba desde Arica hasta Porvenir. Dicho Suplemento, el cual se editó desde marzo de 1983 hasta julio de 1989, alcanzó a 76 números. Iba anexado el último domingo de cada mes en la edición de El Magallanes. En paralelo, la radio Presidente Ibáñez, emitía todos los sábados, un programa denominado “Antena Literaria”. 

Se convino también, iniciar una minuciosa investigación, para generar un compendio que sintetizara  la evolución literaria acaecida en el austro, desde 1520 hasta 1982. Se encomendó esta titánica labor al académico Ernesto Livacic Gazzano, quien, organizó varias comisiones de trabajo. Después de años de un minucioso trabajo, se editó en 1988 el libro de ciento cuarenta y dos páginas, “Historia de la Literatura de Magallanes”, texto absolutamente clave para la conservación del patrimonio inmaterial literario de nuestra región.

El 12 de septiembre de 1983 se creó en Puerto Natales, el Círculo de Escritores “Cornamusa”, agrupación que organizó en octubre del mismo año, el Primer Encuentro Regional de Escritores, con la participación de miembros de la Sech Magallanes.

Fueron los primeros antecedentes de esta historia, que para muchos literatos comenzó hace cuarenta años; aunque es verdad que otros, los nostálgicos de siempre, entre quienes nos contamos, creemos que la mística y la autonomía del viejo Centro de Escritores inspiró el ideario de la naciente Sech Magallanes.     

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