REMEMBER
Es dulce hablar a veces de las mujeres muertas,
Que al irse nos dejaron una fragancia leve.
Sus nombres tristes tienen resonancias inciertas
y nos llenan el alma de recuerdos de nieve.
Y esos recuerdos lívidos son ventanas abiertas
por donde mira el cielo nuestra existencia breve,
mientras sobre sus manos adoradas y yertas
cae tierra y olvido, pasan los años, llueve.
Y todos comentamos: -Sí… no sé qué tenía
de lejano y de triste cuando se sonreía.
¿Te acuerdas? Tanta gracia en el modo de andar…
Callamos. Ha caído un silencio de cielo,
algo como una luz o una sombra o un vuelo.
Y a todos se nos quitan los deseos de hablar.
EL PEQUEÑO UNIVERSO
¿Viajar? ¿Y para qué? El que anhela viajar
Nunca verá la tierra, ni los cielos, ni el mar…
Será un ciego, mendigo de verdad. Su mirada
pasará por las cosas sin saber nunca nada.
Yo sé que entre las cuatro paredes de mi huerto
tengo encerradas todas las verdades del mundo:
el pasado brumoso y el porvenir incierto.
Mi huerto es un pequeño universo profundo.
Yo siento las más alta leyes del universo
en la hoja que cae y en el agua que juega…
La santa vida todas sus verdades me entrega
y yo no le doy nada más que mi pobre verso…
Ni la gloria, ni el oro, ni la carne, ni el mundo.
Mi huerto es un pequeño universo profundo.
LAS PALABRAS
Las palabras humildes son armoniosos vuelos
de pájaros errantes que no han venido al mundo.
Cada una posee un sentido profundo.
Habla con sencillez es un don de los cielos.
Tienen un resplandor inmortal. Es preciso
saber amar las buenas palabras transparentes.
Yo las amo. Conozco sus perfiles ardientes.
Cada palabra tiene su oculto paraíso.
Son arcas de milagro. Nuestros grandes anhelos
se dicen con palabras claras. La poesía
de verdad amanece mas diáfana que el día.
Hablar con sencillez es un don de los cielos.