HE DE VOLVER UN DÍA
He de volver un día a mi viejo terruño
donde están esperándome los álamos desnudos,
el musgo de las tapias que acarició mis manos
y el silencioso canto de os trigos maduros.
He de volver un día, pasaré por las calles
amplias y acogedoras, solitarias y antiguas,
me miraré en la fuente de la plaza, y callado
me impregnaré de paz en sus casas dormidas.
Me mirarán las gentes, estrecharán mi mano,
abrirán un paréntesis de asombro en las pupilas,
me hablarán de sus cosas, de asuntos familiares
y sentiré el descanso de sus voces amigas.
He de volver un día a mi tierra natal
a mi pueblo de tapias y olvidadas fragancias.
Me sentaré en la tierra olor a hierbabuena,
para tocar mi flauta de anhelos y nostalgias.
Caminaré sin rumbo. Tortuosas callejuelas
me mirarán pasar al borde de la tarde,
mientras el sol –lámpara en el ocaso-
derramará torrentes de sueños en mi sangre
Después retornaré, con mi alma llagada
por las viejas nostalgias. Seré una golondrina
que refugió un instante sus ansias en el nido
para seguir los duros caminos de la vida.
Gonzalo Drago.