Fallece el poeta Carlos Ernesto Sánchez
Vi un Cielo y una Tierra Nueva
Vi un cielo y una tierra nueva
las lagrimas enjugadas
el bofetón de la noche se durmió con la garra hambrienta
Mi nariz cerró su puerta
y el rayón blanco
no escribió pena dentro de mí.
Tarde cuando
he bebido cervezas, vino amargo, pisco de bajo precio
y en la ladera del cerro
fume
jale
y el peregrinar salobre de tu sexo se llevó suspiros
quejidos
El vaivén de mis piernas
que bailaron sobre el pasto
buscando calor
doliente, húmedo,
perfora carnes antes que envejezcan
El cielo y la tierra nueva
será el goce, contemplativo de rostros
jóvenes
verbalizando que el amor no es una vuelta de carnes sexo
e insultos
silencios
guardando el mirar de tu amor
y mi amor
clandestino
sentir de dos hombres.
En el cielo y la tierra nueva
desde las latas vacías de cerveza
condones
el túnel oscuro
atiborrado de pisadas travestí en perfume de cuerpos sudados
huyendo de sí mismo
hambreados
calientes de abrazos
en la litúrgica noche del amor sellado sin palabras.
Tendrán resurrección
Calles
vericuetos
plazuelas de barrios
puertas viejas que todos orinan para que nadie olvide
soy marginal
y la firma de mi nombre con las historias de otros
se moja de miao
y cada cierto tiempo de gotas de semen.
En las vueltas y revueltas del sueño
grite de miedo, tiritando
no tenía nombres para llamar.
La noche anunciada
dejó la estela que pasó por mi puerta, y susurró no hay
más que los quejidos que conozco para mí.