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“EL TRINO DE UN PÁJARO QUE SE SALVÓ DE LA CAZA”

Apuntes sobre ULTIMA ESPERANZA

POESÍA REVISADA de Alicia Salinas A.

JAIME HUENÚN VILLA

Este nuevo libro de Alicia Salinas, poeta silenciosa donde las haya, cumple ciertamente con el requisito de la madurez expresiva, madurez que se manifiesta a través de una escritura cotidiana y concisa sustentada en ciertos cantos de ternura y de denuncia, en el viaje interior y en la marcha inevitable por espacios urbanos y rurales en rápida y dolorosa devastación.

La obra de esta poeta, cuyo ecosistema verbal se liga a un territorio donde lo ampuloso no tiene cabida, donde las grandes sentencias y verdades absolutas no crían raíz, se levanta  a través de un lenguaje engañosamente sencillo, diáfano y no exento de un humor fino y tangencial, pero efectivo a la hora de poner en tela de juicio a quienes, desde el poder, predican y chacharean para manipular y controlar a un público pasivo: 

Ahora corresponde escuchar el discurso,

la atención se prende en los oídos

y es solo una boca la que modula.

Mi juicio, mientras, parte calle abajo junto

a la nube cargada de lluvia oscura.

La perorata continúa en boca autoritaria

y yo, ya estoy llegando al banco de mi plaza.

Donde atenta espero viento sur,

aleteos de pájaros,

araucarias flamantes

y distinguidos nenúfares.

 (“Discurso”, pág. 28)

Una poética de miradas  leves y oblicuas, de caminos laterales, es la que se despliega en Última Esperanza. En muchos de los poemas aquí incorporados prima un lenguaje frugal que proyecta imágenes fugaces, repentinos intentos por aprehender briznas de tiempos idos e hilachas de un futuro que se presiente incierto o derechamente hostil. La idea de un apocalipsis material y espiritual a escala cotidiana subyace en gran parte del texto, es decir, la anticipación de la autodestrucción de la especie humana no por medio de una catástrofe globalizada, sino por el desgaste lento y sistemático de una ética social en la que solo gravitan las leyes del mercado y una especie de hedonismo sin mito y sin memoria.

Hay caminos que llevan

a ninguna parte y por allí vamos.

El verso leve que llega a fondo dejando la certeza

que después de esta vida hay otra

irremediable que habitar.

Y de ello se hacen cargo las palabras.

Hay senderos inútiles

empecinados al centro del pecho.

Una y otra vez los caminamos.

Desde la punta de la lengua,

hasta el interior de los huesos.

Volviendo cada vez las pisadas

y abrigando

la estrafalaria esperanza

que todo durará

hasta deslizarse suave

por el despeñadero.

(“Una y otra vez”)

Pero, ¿cómo contrarrestar la decadencia, la caída carnal y el tropiezo repetido del espíritu?  Alicia Salinas apuesta, como tantos otros poetas, al amor sensual  demorado y ocioso, a la maternidad como fuente de arraigo y a la vez como derrotero de peligros e incertidumbres, a una conexión vital y elemental con la naturaleza y sus signos cada día más ajenos e indescifrables. Sin embargo, es la invocación a una memoria individual y colectiva que aún es capaz de ritualizar objetos, gestualidades, palabras, seres y actos que cumplen sus ciclos, pero que reaparecen para oponer sus potencias al sinsentido y al desgaste cotidiano, lo que confirma la alianza del poema con las energías liberadoras del eros y la vida.

 HACE FALTA

Oír el trac trac de la máquina de coser

en el cuarto de un pueblo a trasmano.

Abrir los brazos sobre la línea larga,

como lo hace el mar cuando muere el sol.

Escapar por un dobladillo del cielo

y adivinar si allí pasea alguien

observando hacia abajo.

Hace falta,

abrir las puertas del armario

en busca de un abrigo

para defender a la nostalgia

de la lluvia y el frío.

Hace falta estar allí,

con los brazos a todo lo largo.

(“Hace falta”, )

Última Esperanza es el reverso en sordina del estruendo lírico (pos) moderno, un pulcro tejido de hálitos, visiones y gestos que encuentran en el epigrama y en el poema breve, su espacio más cabal. Es el transparente trino, apenas audible, de un pájaro que se ha salvado de la caza –todavía es posible escuchar los escopetazos allá afuera-  y que busca un árbol, una rama de sombra para el descanso y la supervivencia y para el pleno canto de la luz.

 

ÚLTIMA ESPERANZA, DE ALICIA SALINAS

Oscar Hahn

“Construido sobre la base de nueve ejes temáticos, que funcionan como movimientos de una estructura musical, en Última Esperanza, de Alicia Salinas, desfila frente al lector una gran variedad de temas, que se entreveran y se complementan: la nostalgia de lo telúrico, el sentimiento materno, la palabra poética, la experiencia del exilio, el impulso erótico, la vivencia del presente y la fugacidad de la vida.  Utilizando uno de los versos de este libro, podríamos decir que en Última Esperanza  está toda Alicia Salinas: limpia y sugerente.  Pero también lúcida en su visión de mundo y eficaz en el arte de la palabra”.                                       

 

 

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