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Cuarenta años de la Sociedad de Escritores de Chile, filial Magallanes

Segunda parte.

En la edición de la semana anterior, hicimos una síntesis del Primer Encuentro Nacional de Escritores Magallánicos, evento cultural efectuado en Santiago, en julio de 1980, que fue organizado por diversas instituciones, las cuales, contaron con el inestimable apoyo de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam).

Sostuvimos, que de las conclusiones emanadas en ese Encuentro se impusieron dos ideas fundamentales. En primer término, producir cada cierto tiempo nuevos eventos de este tipo con el propósito de evaluar la producción literaria austral y comprobar el cumplimiento de las resoluciones adoptadas en los certámenes anteriores. Con este espíritu se realizaron los tres Primeros Encuentros Nacionales, en 1980, 1982 y 1984.

El segundo punto que nos parece esencial a considerar, tiene que ver con la reconversión del antiguo Centro de Escritores de Magallanes en una nueva institución. Finalizado el Encuentro de 1980 se echaron las bases para fundar la Sociedad de Escritores de Chile (Sech) filial Magallanes, llamada también por los autores regionales, como Sociedad de Escritores de Magallanes (Sem).

En una entrevista concedida a Ramón Díaz Eterovic a la sazón presidente de la Sech, publicada por la revista de aquel organismo “Simpson siete” en julio de 1994, con el nombre “Marino Muñoz Lagos: Testigo de la Poesía y las Lluvias”, el entonces recién investido Premio Municipal de Literatura, reveló interesantes detalles sobre las actividades literarias que ocurrían en la capital regional, a mediados del siglo XX.

“En Punta Arenas funcionaba el Centro de Escritores, cuyo presidente era el cuentista Jorge Rubén Morales, abogado y oficial de la marina. Al centro pertenecían Osvaldo y Enrique Wegmann Hansen, José Grimaldi, Rosa de Amarante, Silvestre Fugellie, Raúl Norero, Ninette Miranda, Onofre Bórquez, entre otros. Y lo curioso era que este Centro de Escritores no tenía sede social, por lo cual sus reuniones se realizaban en distintos bares de la ciudad. Reuniones que terminaban en las frías madrugadas al amparo de luminosos y calefaccionados prostíbulos de la legendaria y pecadora calle Errázuriz. Ese Centro de Escritores realizó una amplia labor literaria. Se dictaban conferencias, se hacían foros, se publicó la revista “Viento Sur” y se colaboraba con la Escuela de Invierno que anualmente traía la Universidad de Chile. Ese centro, y su experiencia, sirvieron de base para la fundación de la Sociedad de Escritores de Magallanes (SEM) un 28 de diciembre de 1980, en plena dictadura militar. Fui nombrado como su primer presidente”.

Estamos en condiciones de asegurar, que todos los directorios han contribuido al prestigio de esta institución. La fructífera labor de la primera administración de la Sech Magallanes o Sem Magallanes, como se prefiera, que detallamos la semana pasada, se consolidó con la recepción, el 3 de marzo de 1983, con una sala para uso domiciliario en la antigua residencia de la familia Braun Menéndez, palacio que fuera donado a la ciudad por sus descendientes, en 1981, y que en la actualidad cobija al Museo Regional de Magallanes.

La obtención de esta casa para los escritores no fue óbice para que los literatos continuaran con la inveterada costumbre de reunirse en bares y cantinas. Por espacio de varios años, una sede informal de la Sem fue el Bar Río Seco, propiedad de la señora Susana Levinieri, ubicado en calle Chiloé, en las cercanías de la Sociedad de Empleados de Comercio. En este lugar Muñoz Lagos, Wegmann, Fugellie y Mimica fraguaron y ultimaron detalles para la concreción del celebrado Segundo Encuentro Nacional de Escritores de Magallanes de 1982.

El directorio encabezado por Muñoz Lagos, acometió además, una vital obra de difusión literaria. Por ejemplo, se organizaron tertulias en el hotel “Los Navegantes” de Punta Arenas, en distintas librerías locales y en la Sala Gabriela Mistral de la Secretaría Regional Ministerial de Educación. Se debe mencionar también, que luego de conmemorarse el Segundo Encuentro Nacional de Escritores de Magallanes en 1982, se llevó a efecto la propuesta de consumar una gran exposición itinerante de escritores magallánicos por todo Chile, muestra conformada por cuarenta paneles, uno por cada escritor (a) que contenía una foto del autor (a), imágenes de sus libros, manuscritos, una reseña biográfica y notas referenciales publicadas en la prensa regional o nacional. Otro momento histórico alcanzado fue la fundación en 1983, de la Editorial Magallánica, la que en palabras del propio Muñoz Lagos, se convirtió en “la primera en Chile que era propiedad de los mismos escritores”, y que produjo los libros: “Nuevos poetas magallánicos” (1983), “El cementerio de los milodones”, de Osvaldo Wegmann (1984), “La senda de la baguala” de Enrique Wegmann (1986), y la “Historia de la literatura de Magallanes” de Ernesto Livacic, (1988).

Durante la presidencia de Eugenio Mimica Barassi se implementó desde 1986, el Premio Nacional de Cuento, “Antonio Pigafetta”, que permaneció como estímulo para la actividad literaria hasta su última edición, en 2006. Se consiguió apoyo financiero de la Universidad de Magallanes, que donaba dos mil dólares para el vencedor. El nombre del concurso literario nació como una forma de homenaje y reconocimiento al primer autor que escribió sobre Magallanes y que según el Premio Nobel de Literatura de 1982, Gabriel García Márquez, (1927-2014), fue el creador sin proponérselo, del concepto acuñado por los estudiosos como “realismo mágico”.

En tanto, le correspondió a la directiva liderada por Gumercindo Pinto Devia, (1988-1989) generar el proceso de elaboración, y la posterior entrega a la comunidad local de un texto fundamental en nuestra bibliografía: la “Historia de la literatura de Magallanes” del académico Ernesto Livacic. Con esta administración se inició en 1988 el “Concurso Anual Binacional de Poesía ilustrada”, que estimulaba la participación de poetas y artistas plásticos de Punta Arenas y de Río Gallegos (Argentina). Este evento duró por lo menos, hasta 1993.

La Feria del Libro organizada por la Sem.

Sin ningún tipo de dudas, la creación y puesta en marcha de una gran “Feria Cultural del Libro de Magallanes”, marcó una época para la Sociedad de Escritores de Magallanes, cuya historia transita y recorre las decisiones de varias administraciones. Concebida originalmente en la presidencia de Maruja Scott (1990-1991), es durante la primera administración de Dinko Pavlov (1992-1998) en que este megaproyecto se hizo realidad.

Numerosos y famosos escritores nacionales, Teresa Calderón, Tomás Harris, Alejandro Lavquén, Floridor Pérez, Jaime Quezada, Patricio Manns, sólo por mencionar algunos nombres, participaron de estas inolvidables veladas culturales en compañía de autores regionales. A ellos se sumaron en cada edición, el compromiso de connotadas casas editoriales de la capital y en algunos casos del extranjero, que junto a las librerías regionales ofrecían libros, revistas, diarios y periódicos antiguos, colecciones fotográficas, discos y vinilos.

La presidencia de Pavlov será siempre recordada por su sello popular. Dinko detestaba el exceso de academicismo, la rigurosidad y la formalidad que caracterizó a las administraciones anteriores. En consonancia con su carácter alegre y de un optimismo desmesurado, el rememorar la historia reciente de la Sem es recordar la figura de Pavlov con su interminable bohemia, su deambular por distintos bares, cabarets, en donde su presencia a menudo era solicitada para que declamara o cantara con las chicas y los parroquianos de ocasión. Por lo mismo, es necesario hacer un breve recuento de algunas iniciativas gestionadas bajo la administración de Pavlov con sus variados directorios.

Desde 1992 a 1995 se implementó la “Caravana Literaria” con el objetivo de motivar a los alumnos de Educación Básica hacia la creación poética. En esta etapa se originó el Boletín literario bimensual, que entregaba breves cápsulas del mundo de las letras, en los ámbitos, nacional, regional e internacional.

A contar de 1994 y hasta fines de 1996, se llevó a cabo un programa de recolección de poesía popular. Periódicamente se recorrían escuelas, liceos, la universidad, hospitales, servicios públicos, locales comerciales, regimientos, donde se recababan composiciones de aficionados (as), los cuales eran depositados en un portafolio que se entregaba a la Secretaría Regional Ministerial de Educación, organismo que editaba los trabajos en fascículos, a través del programa “Viva la cultura”.

En 1996 se dio inicio al Concurso Regional de Cuento y Poesía denominado “Día del Escritor” en que se premiaba a los ganadores con textos de autores regionales. Este certamen duró hasta fines de 1998. En medio, durante 1997, la Sem ganó un proyecto, titulado “Aventura Literaria”, financiado a través de un Fondart regional, con el propósito de entregar a la comunidad mediante charlas de escritores, cursos regulares de poesía, cuentos, aspectos esenciales de historia de literatura hispanoamericana y nociones de gramática general.

En octubre de 1998 se realizaron en dependencias de la Casa de los Intendentes en Punta Arenas, “Las Primeras Jornadas Culturales”. Representantes de la literatura, el teatro, la plástica y la música, desarrollaron una performance o multimedia cultural. Participaron escritores nacionales como Jaime Collyer, Carlos Franz, Juan Antonio Silva y Jorge Torres; autores regionales, como Marcela Baratelli, Óscar Barrientos, Jorge Díaz, Pavel Oyarzún y el mismo Dinko Pavlov.

En teatro se efectuaron tres presentaciones, la primera a cargo del grupo “Luz y Sombra” del Colegio Pierre Faure, que estrenaron la obra “Marcelino Pan y Vino”; luego vino la serie de sketchs de la compañía “El Chuzo” para finalizar con la actuación del reconocido actor magallánico Rodrigo Álvarez, quien interpretó un monólogo basado en el libro “Antología Insurgente. La nueva poesía magallánica”, texto de los autores Juan Magal y Pavel Oyarzún.

Andrea Araneda, Jane Carter, Rafael Cheuquelaf y José Martínez Martín, presentaron sus trabajos en las áreas de la pintura y escultura; Alejandro Muñoz lo hizo en fotografía; mientras que Rolando Arancibia y su Trío de Cuerdas; Jaime Ponce con su grupo “In memoriam” y el concertista Alejandro Arroyo destacaron en el plano musical. El Encuentro estuvo amenizado con la presencia de los escritores a distintos establecimientos educacionales, entre ellos, el Miguel de Cervantes, Charles Darwin, Nobelius y Punta Arenas.

A estas alturas, se notaba un desgaste en las relaciones entre los miembros de la Sem. Se requería incorporar a la institución a las estratagemas organizacionales y tecnológicas que demandaba la llegada del nuevo milenio. En este contexto, se originó la breve presidencia de María Cecilia Cerda (1999).

El mensaje era claro: la Sociedad de Escritores de Magallanes tenía que modernizarse, de lo contrario, perecería. Con este desafío se vio enfrentado Dinko Pavlov al comenzar su segunda etapa al mando de los escribas.

Por de pronto, el 15 de mayo de 2000 se lograba la aprobación de los estatutos de la institución, conforme a la ley Nº 19.418, lo que permitió a la Sem en lo sucesivo, postular a los distintos fondos de cultura, tanto estatales como municipales.

Así aconteció con el proyecto adjudicado en 2001 patrocinado por el Fondo del Libro y de la Lectura, para realizar el “Primer Congreso de Escritores. Literatura y Región, Paralelo 53º Sur”.

En un documento presentado a la Sociedad de Escritores de Chile en Santiago a fines de 2002, Pavlov confidenciaba:

“En la actualidad, nuestra filial está en actividad, participan 32 socios, habiendo incorporado a los escritores de Puerto Natales. Las reuniones se realizan quincenalmente en el Museo Regional y en estos momentos estamos participando en la Feria del Libro Provincial de Río Grande (Argentina) y actividades de la Dibam”.

Uno de los episodios más recordados en esta segunda etapa de Pavlov en la Sem fue la gestión lograda para repatriar los restos del malogrado poeta magallánico Rolando Cárdenas que había fallecido en la capital, el 17 de octubre de 1990.

En los años que siguieron a esta tragedia literaria, el también escritor magallánico Ramón Díaz Eterovic, uno de los amigos más cercanos de Cárdenas, y en ese entonces presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, emprendió la noble misión de producir en un solo volumen la obra completa del vate, la que pronto se convirtió en un suceso literario. De pronto, Cárdenas se convirtió en una celebridad post mortem, en un poeta de culto. Mientras su obra se estudiaba en casi todas las universidades del país, sus restos, sepultados provisoriamente en el nicho de un cementerio en Santiago, peligraban con ir a parar a una fosa común.

La familia de Cárdenas no pudo conseguir el traslado del cuerpo a Magallanes. “Con mi esposo habíamos tratado de hacer algo a través de la municipalidad de Punta Arenas. Pero después no pasó nada”, comentó Clorinda Cárdenas, la hermana de Rolando, al dominical El Magallanes, el 30 de octubre de 2005. En esa edición se estableció además que: “Clorinda considera que el escritor Dinko Pavlov es el principal gestor del traslado de las cenizas de su hermano. Fue el directivo de la Sociedad de Escritores de Magallanes quien realizó las gestiones para que se consiguieran los recursos necesarios para solventar los gastos de la exhumación y la cremación de los restos del autor de “Tránsito breve” y “En el invierno de la provincia”, entre otros”.

“Nosotros no pudimos hacerlo y era una pena que teníamos guardada”, concluyó Cárdenas.

Todavía están frescas en nuestra memoria las Ferias del Libro organizadas por la Sem en 2007 y 2009. La primera de ellas realizada en la entonces sede de calle Bories del Instituto Santo Tomás, cobijó a prestigiosas casas editoriales como Universitaria, Cuarto Propio, Lom, Fondo de Cultura Económica. En tanto, la última, la de 2009, se transformaría a su vez, en la última Feria del Libro organizada enteramente por Sem, y en el último evento cultural liderado por Dinko Pavlov.

Afectado de un cáncer de pulmón, el otrora vital presidente de la Sem, intentaba en vano una dolorosa recuperación en Valdivia, mientras todos los escritores colocábamos lo mejor de nosotros, para producir y llevar a buen término, el certamen literario.

Hace unos meses atrás, el domingo 7 de junio de 2020 hicimos una semblanza de este dirigente y amigo con el título: “Diez años sin Dinko Pavlov”. En aquella ocasión rememoramos la celebración que hicimos, en los salones del Club de Suboficiales en Retiro de las FFAA Sargento Aldea, con motivo del Día del Libro, el 23 de abril de 2010.

Dijimos y propusimos: “La Feria del Libro de Magallanes, la cual debería obtener financiamiento permanente por parte de alguna institución, y que justicieramente debería llamarse Feria del Libro de Magallanes Dinko Pavlov”.

La muerte de Dinko supuso un punto de inflexión en el itinerario de la Sem. El entonces edil de la comuna de Punta Arenas, Vladimiro Mimica, incorporó en 2010 la Feria del Libro como un capítulo anexo de las tradicionales Invernadas de la Patagonia, que anualmente organiza la Municipalidad.

Empezaba para los escritores un nuevo ciclo. El 19 de febrero de 2011 asumía la directiva liderada por el académico Óscar Barrientos Bradasic.

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