Escritor del MesNoticias

 DANIEL DE LA VEGA “TEATRISTA”

En la descomunal obra literaria del Triple Premio Nacional, Daniel de la Vega, la más desconocida para las nuevas generaciones, es su importancia en la historia del teatro y la dramaturgia nacional.

En su Historia de la Literatura Chilena el profesor y Miembro de Número de la Academia Chilena de la Lengua, Maximino Fernández Fraile, lo destaca en el capítulo dedicado al nuevo teatro chileno bajo el sugerente título “La Gran Puesta en Escena”.

Transcribimos a continuación los párrafos dedicados al dramaturgo Daniel de la Vega:

“…Las primeras producciones dramáticas de Daniel de la Vega fueron Un Crimen en Recoleta (1912), escrita en colaboración con Waldo Urzúa y Alfonso de la Jara; Los dos Patios (1912), en colaboración con Martín Escobar, y El Abismo y la Huelga, junto a Fernando Santiván. Pronto inició el camino de la creación personal, sin colaboradores, con una obra importante: El Bordado Inconcluso (1913), representada con mucho éxito de crítica y público y repuesta años más tarde, en 1955. Siguieron Cielito Lindo(1914), El Camino Propio (1915), El Rival (1919), Ménade (1919) –apareció en su poemario Las Montañas Ardientes- y Frivolidad (1920). En 1928 fue llevada a la escena su revista musical Fanfarria, que obtuvo grandes aplausos. Se sucedieron luego varias obras livianas y sketches humorísticos, como Good Night, Las Porcelanas, Las Nostalgias de las Arozamena, Lección de Solfeo, El Ideal, Lo Sé Todo, Luces de Bengala y Carcaj.

Después de unos años de dedicación a otros géneros, Daniel de la Vega regresó a la dramaturgia con Un Epigrama de la Juventus (1927) y Dos Hombres (1930), esta última basada en su novela Caín, Abel y una Mujer. Teatralizó también el poema “Margarita Gauthier Trasnocha Mucho” y representó otra obra liviana de gran éxito: Luna de Papel de Estaño (1932). Entre sus demás obras dramáticas sobresalieron Dos Aventuras de Gastón de Ávila (1935), En el Balneario (1935), Mucho Trabajo en el Taller (1938), Rapsodia Criollas (1938) y otras…”

Falta aún estudiar a fondo la trayectoria de Daniel de la Vega en la escena teatral chilena y, por el momento, puede afirmarse que, como dramaturgo, ha sido injustamente olvidado.

DHV.

Comparte esta página