GABRIELA MISTRAL Y LA INMENSIDAD DE SU LEGADO
Dentro de las efemérides más emblemáticas de este año, se encuentra la conmemoración de los ochenta años de la entrega del Premio Nobel a Gabriela Mistral, insigne escritora que estuvo desde siempre muy vinculada a la historia institucional de la Sociedad de Escritoras y Escritores de Chile, destacando, principalmente, el gran rol que tuvo al movilizar, desde 1937, a dicha organización para la creación de una presea que pusiera en valor la obra de las y los escritores, y que sirviese de ayuda económica en un oficio que no otorga jubilación, lo que derivó y dio origen al Premio Nacional de Literatura, creado por la Sech.
Gabriela Mistral comenzó a escribir poesía siendo maestra de escuela rural. Enseñó en escuelas primarias y secundarias durante muchos años, hasta llegar a desempeñar un papel importante en los sistemas educativos de México y Chile. Obtuvo títulos honorarios de las Universidades de Florencia y Guatemala y fue miembro honorario de varias sociedades culturales en Chile, así como en los Estados Unidos, España y Cuba. Enseñó literatura española en la Universidad de Columbia, Middlebury College, Vassar College y en la Universidad de Puerto Rico. Durante su vida tuvo una activa participación en los comités culturales de la Sociedad de Naciones y fue cónsul chilena en Nápoles, Madrid y Lisboa.
Con la publicación de su libro Sonetos de la muerte (1914) su obra se dio a conocer en toda Latinoamérica, seguida por libros como Desolación, Tala, Ternura, entre otros. Su poesía completa fue publicada el año 1958.
La académica estadounidense Elizabeth Horan indagó profundamente en la vida y obra de Gabriela Mistral, mostrándonos facetas desconocidas de su vida volcada a la academia, la literatura y al pensamiento crítico que la mantuvo siempre a la vanguardia de temas sobre los cuales ella se atrevió a indagar y difundir, sin tapujos, sin vaivenes ni medias tintas.
En su libro Mistral, una vida, Horan señala: “Cuando comencé a leer sus poemarios, en California, los encontré muy distintos de cualquier otra poesía latinoamericana que haya leído antes. Luego, conocí a Doris Dana, la albacea de Gabriela Mistral, y entendí que no había otra persona trabajando en el campo con la visión que yo tuve.Cuando comencé a leer las biografías de ella, encontré muchas discrepancias. Poco a poco entendí que tenía las capacidades de buscar fechas para cartas, recoger manuscritos y lanzarme a este largo camino”.
La historia, de cierta forma, ha acallado el profundo compromiso de Gabriela Mistral con las causas políticas y sociales, impulsadas por valientes hombres y mujeres de América Latina. Uno de ellos fue Augusto César Sandino, a quien la poeta Gabriela Mistral denominó “General de hombres libres”, destacando de esa forma la noble causa impulsada por hombres y mujeres que luchaban contra la invasión norteamericana en Nicaragua. De esta manera, Gabriela Mistral salió en defensa de Sandino, denominándolo “un héroe” ante los persistentes ataques propiciados por el presidente norteamericano, Herbet Hoover, o el de “insignificante jefe desequilibrado”, como lo denominaría The New York Times; sin embargo, Mistral respondió con elocuencia a estas tergiversaciones y caricaturizaciones que la prensa norteamericana hacía de Sandino: “él (Sandino) carga las dos o tres pistolas que le dan las fotografías malignas de los semanarios neoyorquinos, porque corre perseguido por los ajenos y los propios, y cada árbol y cada piedra de su región le son desleales. Y su defensa toma aspectos de locura porque vive un caso fabuloso como para voltear a cualquiera la masa de sangre”.
Por otra parte, fue activa participante de campañas internacionales que iban en apoyo a la gesta sandinista, solicitando a políticos latinoamericanos y del mundo una colecta continental para la causa, en esta ocasión señaló que: “Nunca los dólares, los sucres, o los bolívares sudamericanos, que se gastan tan fluvialmente en sensualidades capitalinas, estarán mejor donados”.
Ahora, en que celebramos ochenta años de ese hito histórico para nuestra literatura nacional, invitamos a leer a Gabriela Mistral, acercarnos a su figura y a su inmenso legado cultural, social y político.