Escritor del Mes

UNA FINA DAMA, Y UNA ESCRITORA INCOMPRENDIDA

Por Karen Plath Müller Turina

Josefa Alvina Turina Turina, conocida como Pepita Turina, nació en Punta Arenas el 1 de marzo de 1907 y falleció en Santiago el 1 de marzo de 1986.

            Publicó sus primeros trabajos literarios en el diario “El Correo de Valdivia” en 1931. Se le conocen dos seudónimos uno por un cuento que envió a la revista Zig-Zag en 1926 y firmó “Incógnita” (y que no fue publicado) y “Spleen” en el Concurso Floral de las Fiestas Primaverales, Valdivia noviembre 1935, el cual fue premiado.

En 1938 Pepita Turina fue aceptada como socia de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), junto a los escritores Manuel Astica Fuentes, Alberto Baeza Flores, Antonio Bombal Murúa, Rafael Cabrera Méndez, Orlando Cabrera Leyva, César Bunster, Rafael Fernández Rodríguez, Nicomedes Guzmán, Arturo Gardequi Bilbao, Francisco Galano, Reinaldo Lomboy, Samuel Pantoja Cerda, Julio Ortiz de Zárate, Gerardo Seguel, Efraín Szmulewicz, Fortunato Santibáñez, Juan Uribe Echevarría, Victoriano Vicario y Miguel Ángel Vega Morales. Fue la única mujer del grupo. Siendo presidente don Alberto Romero.

            Sus publicaciones son: Un drama de almas, novela (1934); Zona íntima: la soltería, novela (1941); Walt Whitman cotidiano y eterno (1942); Sombras y entresombras de la poesía chilena actual (1952). Ensayo sobre siete poetas chilenos. Escritores analizados: La intelectualidad y la filosofía de Humberto Díaz Casanueva; El sentido espiritual de Rosamel del Valle; La angustia metafísica de Antonio de Undurraga; La espontaneidad de Juvencio Valle; La fantasía marina de Jacobo Danke; La intuición de Chela Reyes; La delicadeza y armonía de María Silva Ossa); MultiDiálogos (1978); ¿Quién es quién en las letras chilenas? (1978); MultiDiálogo sobre el matrimonio, la familia y sus prismas (1985).

            Los escritos que le dieron mayor satisfacción fueron sus libros «MultiDiálogos» y «MultiDiálogo sobre el matrimonio, la familia y sus prismas», por los cuales en ese momento fue reconocido su nivel intelectual.

            Cuentos de Pepita Turina publicados en diarios o revistas: Lo que no pudo ser. Revista Zig-Zag, Santiago (1929); La caída de Romanielfo. Diario El Correo de Valdivia (1931); Justicia. Diario El Correo de Valdivia (1932); En la noche estrellada. El Correo de Valdivia (1933); Una mañana Diario El Sur, Concepción (1936); La niña que quiso ir al horizonte, Revista Ercilla, Santiago (1938); No hay para que soñar. DiarioEl Mercurio, Santiago (1940); El hombre se acuerda del niño. Revista Diplomacia y gran mundo, Santiago, (1942); La ciudad llama (teatro irrepresentable). Diario La Nación, Santiago (1941); Cuando ella volvió, teatro irrepresentable). Revista Atenea, Concepción (1944); La mujer que no quiso ver el sol, en el libro “6 cuentos de escritores chilenoyugoslavos” (1960); Tres Tiempos en la vida de Sergia. Cuento que obtuvo Mención Honorífica en el Concurso “Esperante” de la Northeastern Illinois University, Chicago, EE.UU.

            Escribió cuentos navideños: Los caballos que cambiaron de color; El refugio de las campanas; El árbol de piedrarosa (licencia de la autora, juntar la palabra); La niña pelirroja.

            Pueden leer parte de su vida en: www.pepitaturina.cl o en  https://www.facebook.com/media/set/?vanity=pepitaturina&set=a.811006245600007

PEPITA MAMÁ

Fuiste mamá ya un tanto madura. A los treinta y nueve años nos hiciste venir al mundo, y esta circunstancia creo yo, te hizo desarrollar una particular filosofía de la vida y una manera de ser tan personal, que aún sin decir tu nombre, solo explicando tus características señaladas, todos dirían no dudando un segundo «Sí, ella es Pepita Turina».

Nada en casa estaba prohibido. Confiabas absolutamente en un comportamiento sensato y nunca te hice sentir defraudada.

Ella comenta en su ¿Quién es Quién en las letras chilenas? p. 33 » He tratado de ser la menos estorbante de las madres. Y ellos son los menos estorbantes de los hijos. He cultivado el alejamiento que deja hacer hasta lo que no quiero que hagan. Mis hijos no son YO».

Fuiste agraciada con una serena belleza, unida a una distinción, un charme, del cual dan testimonio antiguas fotografías, hasta que en éstos inesperados zigzags del camino, la vida a veces nos depara crueles zancadillas que hacen dar un giro inesperado a nuestra existencia, un tumor auditivo afecto gravemente tu cerebro. Tengo un recuerdo muy vivo y penoso de ésta ingrata circunstancia, a pesar de que contaba sólo con seis años de edad en los días del infausto suceso.

Karen Plath Müller Turina

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